jueves, 2 de octubre de 2014

XXIII Martxa BTT Gorliz Mendibike: un gran esfuerzo organizativo.

Pasó el día 21 y pasaron el estrés y los nervios previos que implica la organización de una marcha. Parece que fue ayer cuando empezamos esta nueva aventura, qué rápido se ha pasado todo este tiempo.
Atrás han quedado reuniones, la búsqueda de patrocinadores, la relación con organizadores de otras marchas o las instituciones, las decisiones respecto al recorrido, hablar todo el tema de los seguros, los regalos, los txikis...









Este año hemos creado un nuevo evento: el Desbroza Eguna. El diseño del circuito siempre obliga a trabajar desbrozando parte del recorrido, sobre todo en esta ocasión, dado que hemos pasado por caminos que no se habían utilizado hasta ahora en nuestra martxa. Pero además, este año hemos querido abrir la posibilidad de que quien quisiera pudiera unirse a nosotros una mañana para así recuperar un tramo y reivindicar el mantenimiento de los caminos. Éste es también el objetivo que durante todo el año hemos perseguido con el proyecto de creación de un centro BTT en Uribe Kosta.









Durante los días previos, todavía tuvimos algún pequeño susto relacionado con el circuito, ya sea por permisos, por talas, o incluso a veces por no darnos cuenta de que lo que creemos todos que es un camino de toda la vida, al final es de alguien. Y ese dueño puede cerrar el acceso un buen día, quizá harto de que entre cualquiera y no respete su terreno.











Ni sé las flechas que hemos puesto. Dos semanas antes, el circuito estaba marcado, por si alguien quería hacerlo. Pero hemos tenido que ir reforzando las señales, ya que parece que hay a quien no le gusta que se lleven a cabo este tipo de eventos, y te quitan señales, te las ponen marcando para otro sitio...


 






 Por otro lado, justo los días anteriores, se montó el circuito de los txikis, la gincana y el vallado de meta.










 Después de todos estos preparativos, llegamos al día de la marcha. Contábamos con tres motos: una abriendo el circuito y otras dos por el medio controlando que todo estuviera bien. Además, tres de nosotros con bici entre entre los participantes sacando fotos, llevando algún repuesto y ayudando a quien lo necesitara, y otras cuatro personas, en parejas, cerrando la martxa y recogiendo las señales.









Mientras la gente se estaba inscribiendo, parte del equipo estaba preparando el avituallamiento final: los bocadillos, las bolsas de regalos, y otros estaban preparando los habituallamientos intermedios, las carpas, mesas...








Y así, mientras los mayores estaban en la martxa, en el polideportivo, empezaron los pequeños a darlo todo. Unas 6 personas logran que el circuito de los críos esté perfecto, y ayudan a los más pequeños a subir alguna que otra cuesta.










 
Algún que otro speaker...

Y toda la gente que hemos tenido en los cruces, parando el tráfico para que no hubiera ningún problema.

Para al finalizar...y antes de recoger, aprovechamos para dejar todo el estrés acumulado. Yo creo que sudé más aquí que en todo el circuito...











Qué se le va a hacer...¿acaso todo ciclista no lleva un niño dentro?
Y, como siempre, terminamos con una comida en la cervecera Arriolane.