El atractivo de esta prueba es que se trata de una marcha con una propuesta diferente que consiste en desafiar al sol y llegar a meta antes de que se pusiera. Desde luego, esto es lo que nos animó a participar este año. La prueba se había celebrado por primera y única vez en el año 2005; por lo visto, el tiempo fue también entonces como el de este año, terrible. Así que entonces también el desafío estuvo más centrado en la lluvia.
A las 3 de la tarde estábamos ya en Amurrio. Comimos plácidamente en una campa, con un cielo gris pero que no parecía amenazar lluvia.
Eso sí, nada más ponerme el casco empezó a chispear. Fuimos para la plaza donde estaba la salida, y allí nos encontramos todos: Iñaki, Luis, Xabi, Amaia y yo. Después de llenar los botellines de agua, un último susto: los tacos de las zapatillas de Amaia se le enganchaban con los pedales, los quitamos como pudimos, y listo.
Más o menos, 200 participantes para un itinerario que según nos dijeron por megafonía recorrería 50 kms con 2000 metros de desnivel. Sin hacer mucho caso a los números, salimos tranquilos. De repente, en la segunda rampa, se puso a llover fuerte. Iñaki y yo nos pusimos los chubasqueros, y claro, el terreno empezó a embarrarse de verdad. Los senderos y bajadas estaban un poco resbaladizos, pero estábamos disfrutando de un recorrido impresionante.
Entramos en un hayedo, con unas cuestas realmente duras. Incluso hubo que poner pié a tierra en alguna ocasión, ya que parecía que hacíamos rodillo, con tanto barro. Y así llegamos al primer avituallamiento. Estábamos gozando con el recorrido, algo que ya me había imaginado, dado que había revisado bien esa zona para una posible salida de Mendibike.


En cualquier caso, a nuestro alrededor había gente pensando en retirarse y muchos se desviaron a la carretera. Amaia estaba un poco tocada de las rodillas y le convencimos para ir hasta Delika, y allí decidir si seguir adelante. Íbamos a bordear el acantilado por Unza, y esta zona es muy chula, con una última bajada a Delika espectacular aunque peligrosa por el barro, pero que nos encantó.
En Delika, todo el grupo con el que íbamos se desvió por carretera hacia Amurrio. Amaia decidió también marcharse, así que Iñaki y yo tiramos para delante, con la idea de llegar por lo menos hasta el siguiente avituallamiento.
Estuvimos durante 5 kilómetros por pista parcelaria, y al llegar a Tertanga, metimos las bicis en un abrevadero para poder quitar todo el barro de los cambios, y así evitar los chupados de la cadena. Después dimos una capa generosa de aceite.


La subida se me hizo un poco dura, y nos dimos cuenta de que éramos los últimos ya que nos pilló el quad que iba recogiendo marcas. Y así poco a poco, llegamos al segundo avituallamiento. Solo nos quedaban 15 kilómetros, pero aquí nos dijeron que la siguiente subida estaba muy mal, y que habían preparado un tramo alternativo, ya que el original no se podía hacer subido en bici. Creo que fue una buena idea, seguimos por pista parcelaria, para dar con la bajada por sendero hasta Amurrio.
Y solo podemos decir que llegamos antes de que se hiciera de noche, porque el sol, lo que es verlo...creo que no lo vio nadie.
En la meta se olía la parrilla, pero tuvimos la genial idea de limpiar las bicis antes de comer: ¡¡grave error!! Es increíble, para 20 personas que estábamos y dos mangueras; parece que hay gente que limpia la bici como si no hubiera mañana, así que tardamos una hora y cuarto en llegar de nuevo a la zona de la parrilla, donde estaba casi todo recogido. Por suerte, los de la organización nos trajeron latas y comida y estuvimos charlando con uno de ellos sobre la prueba, aspectos que se podrían mejorar, etc. En definitiva, que una parte del presupuesto la podrían usar para comprar sol...eso o cambiar el nombre jejejeje

Resumiendo, un entorno envidiable, y una marcha recomendable, con gente de la organización muy atenta. ¡Espero que nos podamos ver el año que viene!
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