17 de Junio, con todas las cosas metidas ya en el coche salíamos para Sabiñanigo, un fin de semana que nos vamos a pasar en el pirineo de Huesca para hacer esta estupenda cicloturista. La verdad es que debido a diversas causas llegamos tarde, justo a las 21:00 estábamos en la inscripción. Y después de recoger el dorsal, nos dimos una vueltita por los stands.
Tras una cena de pasta con tomate y carne, nos fuimos a la cama.
Las 5:50, suena el despertador y me levanto como un resorte, las previsiones del tiempo decían que en Formigal, que es la cota mas alta que íbamos a subir iba a estar despejado, así que salí a la calle y la verdad es que a las 6 de la mañana la temperatura era buena.
Después del desayuno y de revisar los frenos de la bici, salimos a las 7 desde Oliván, que es donde habíamos cogido la casa rural, a 11,5 kilómetros de Sabiñanigo.
Por la carretera nos vamos encontrando ya gente que va a hacer la Treparriscos y la Quebrantahuesos, y nos ponemos detrás de uno que me despeja la nariz, menudo olor a linimento, brillaba el hombre.
Llegamos pronto así que me hice una foto en el mural de la Quebrantahuesos, tras el grito de "viva Rusia"y un "gora Euskadi", me saco la foto de rigor acordándome que ese día, 18 de junio, David de Jorge, nuestro Robin Food particular, iba a batir en la plaza del Arriaga de Bilbao, el record de la preparación del filete ruso más grande del mundo.
Bueno, nos ponemos en la salida y me doy cuenta de que tengo un poco baja la rueda trasera, pues como Asier tiene de esas bombas que vienen en la tija del sillín, ahí que sacamos todo para empezar a hinchar la rueda. La verdad es que parece ser que la gente se quedo perpleja mirando y cuando acabamos pregunta uno: "no os voy a preguntar donde guardáis ni el gps ni el hornillo", menudas risotadas, buen ambiente, en general.
Se da la salida a la Quebranta, nos hacemos unas fotos y después vamos a línea los de la Treparriscos. Y aquí como se va rápido....no, no, aquí cada uno a su bola.
Total que salimos, un tanto apretados y con mil ojos hasta que empieza un pequeña tachuela y es donde se empieza a quedar ya la gente. Asier regulando...como siempre, jejeje.
Entre bajadas y alguna subida sin darnos cuenta llegamos ya a Biescas, donde hasta que llegas al Túnel de la Escarrilla es una especie de falso llano. A partir de ahí, hasta Sallent de Gállego empieza una subida maja, me quedo con Asier para subir los dos a su ritmo ya que las vistas son preciosas, con el lago y este solazo que nos acompañó todo el día, la verdad es que es un sitio impresionante.
Voy hablando con gente sobre el día que hace y pensando todos los que estamos en grupo que la verdad es que así sí que se puede hacer una marcha, y no como van los primeros que ni se miran a la cara, otras risas.
Paramos en Sallent de Gállego para comer algo en el avituallamiento, y afrontar los 5 kilómetros de subida a Formigal, empezamos a subir y veo que Asier se va quedando, así que, viendo que luego va a estar la gente de Mambrú sacando fotos, le espero para subir los dos y hacer un poco el indio con los fotógrafos, después de las fotos nos quedamos un rato hablando con un tipo que se une a nosotros con una bici elíptica.
El caso es que acabo subiendo con él. Es comercial de la marca Elliptigo, y me dice que en la Treparriscos está trabajando para la marca, para dar a conocer estas bicicletas ante la gente. Estuvimos hablando hasta la cima de las características de su bici, curioso tipo, agradable, total que me despedí de él mientras le esperaba a Asier, que subió al de poco- "he forzado algo pero voy bien", me dice, jejeje, eso lo veremos pequeño, al ataque en la bajada.
La bajada esta vez me pareció un pluff, el año pasado alcancé los 77 km/h, y este año teníamos la intención de batir el record, pero nos quedamos en 70km/h, la explicación lógica es que nuestras ruedas son de 20x1.35, y no las de 20x1.10 que llevaba yo el año pasado.
Vamos llegando al Túnel de la Escarrilla, donde después estará Sandiniés, una cuestecilla que te rompe ya que vienes bajando unos cuantos kilómetros, después del túnel, se hace un giro a la derecha y la subida. Hay que cambiar antes ya que sino te quedas clavado como pasó con un ciclista y Asier le tuvo que esquivar. Claro, broncas de la gente, que si aquí siempre estamos igual, sobre la gente que se queda parada. Yo por mi parte, me había ido rápido para delante ya que pasaba de líos.
En la bajada, por poco me tira uno que al adelantarle en una curva se empieza a abrir, y me tocó por detrás, menos mal que le esquivé a tiempo, alguno tendría que bajar mas tranquilo, frenar mas o tumbar más la bici, pero bueno....
Pues estábamos ya en el llano y, claro, qué raro, viento en contra, hay que coger una grupeta, pensamos, pero por mas que voy tirando no doy con los de delante y me estoy empezando a quemar algo, así que paramos y vamos poco a poco hasta que nos coge la grupeta con la que habíamos estado subiendo hasta Sallent de Gallego. "Hombre pero si estáis vosotros aquí", "tíos bajáis como balas", nos dicen, total que nos ponemos todos en el grupo, cogiendo gente que se iba uniendo hasta llegar a Sabiñánigo. De vez en cuando voy para delante para tirar algo, y los últimos kilómetros estamos un tipo y yo tirando del grupo tranquilos, me veo con fuerza, así que no hay que ser vago sino ayudar, y el que no pueda, pues que se quede a rueda, que no pasa nada. Asier va detrás de mí, ha estado aguantando todo el rato, pero en el repecho final a Sabiñanigo me dice que le he reventado, jejeje... Paro un poco el ritmo y se vuelve a juntar todo el grupo, ya solo nos queda el último kilómetro, y de repente me pasa un tío de malas maneras jurando...no sé yo de donde vendría.
Al final lo de siempre, me hierve la sangre, bajo un piñón y me pongo a tirar, dejo al grupo, le cojo y le dejo y voy todo enfilado a meta. No me he dado cuenta pero Asier también ha salido del grupo, en la recta paro un poco porque voy reventado ya y hecho una mirada para atrás... que sorpresa ahí estaba Asier, recordando el pique de la Bilbao-Bilbao, y como pasó delante de mí en la meta, me pongo a tirar para que no me coja, miro para atrás y nos echamos a reír.
Ya hemos llegado, no ha estado mal, buen entrenamiento esta última parte tirando todo lo que podía, nos lo hemos pasado muy bien con la gente. Nos vamos a tomar algo a la zona de comida, donde nos sentamos tranquilos, que nos quedan todavía 12 kilómetros hasta donde tenemos la casita en Oliván.
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