Había muchas ganas por hacer esta salida. Estaba aplazada desde el día 22 de abril, y al final optamos por hacerla el día 1 de mayo...Y, visto el tiempo que nos ha hecho, hemos acertado de pleno.
La ruta, que inicialmente tenia 76km, al final se nos ha quedado en 88km, con más o menos unos 2300m de desnivel.
Quedamos a las 7.30 de la mañana en el aparcamiento de la pista de atletismo de Gorliz. Allí, tras meter las bicis en el autobús que nos iba a llevar a Zárate, y contar que estábamos todos (creo que al final hemos estado 18 personas) -menos el que falta siempre- salimos para Zárate.
El día ya se veía que iba a ser espectacular, aunque en Zárate hacía un vientillo que al principio se nos hizo algo duro, pero que tras el primer rampón se nos pasó.
Nos hicimos la foto de familia y salimos para nuestra primera meta: la cruz del Gorbea. He de reconocer que a mí me hacia especial ilusión, dado que nunca había subido a la cruz en bici.
Todo iba por ahora como lo había pensado, cada uno a su ritmo, y cada cierto tiempo reagrupación.
A los 7 kilómetros pinchazo mío en la rueda trasera, me quede viéndola como un tonto, qué coño pasa con el líquido slime que no sale (???). Total, que tuve que poner la cámara al tubeless, tras quitar el pincho que tenia ,parece ser que aunque el líquido no estaba seco, después del tiempo ha perdido ya todas sus propiedades (lleva en la rueda desde julio del año pasado).
Tras arreglar el pinchazo seguimos para delante. Nos quedaba lo más duro de la subida. Este último tramo se nos hizo más complicado ya que el viento que rodeaba la cruz era bastante fuerte y, aparte de estar luchando con la pendiente y con el piso, teníamos que luchar también con el viento lateral que venía de la zona de Vitoria...pero que coño...¿¿¿no somos leones???
Al llegar a la cruz, estuvimos un rato haciendo unas fotos, y viendo el paisaje que nos rodeaba. La verdad es que el día estaba tan despejado que se veían bastante bien todas las cimas.
Comenzamos la bajada por el prado de subida de la otra cara, de bastante pendiente, y poco a poco fuimos bajando bastante a gusto y disfrutando... a ratos claro, ya que si la palabra bajada en nuestras cabezas significa ningún esfuerzo, aquí no fue así, fue un constante sube baja hasta llegar a Ibarra, no sin antes meternos por un senderillo hasta las cartolas de barro... Alguno se lo pasó como un crío con tanto barro, vamos, que si le dejamos se retoza por los charcos. Y yo, como siempre, me quedo con la impresión de que voy recogiendo todo el barro que dejan los demás.
Al final llegamos a Ibarra, donde estaba Unai con el avituallamiento que ya estábamos casi oliendo kilómetros antes.
Después de estar bastante tiempo comiendo y descansando, empezamos de nuevo la marcha. Aquí se nos quedan dos, que estoy seguro de que hubieran seguido como jabatos, pero a veces... una retirada a tiempo es una victoria.
La siguiente parada era Usansolo, donde nos estaba esperando el autobús.
Desde Ibarra, cómo no, comenzamos otra vez con subida, igual que en Zárate durante unos 4 o 5 km pasando por Amezola. Tomando el camino de Lekubaso justo después del pantano hasta llegar a Usansolo, pasamos sigilosamente bajo el Mandoia y el Upo. Este tramo creo que lo hicimos casi sin darnos cuenta entre arbolado y pista forestal. Toda esta parte del Mandoia por Usansolo es una zona bastante ciclable, a pesar de todo lo que ha llovido estos días, yo aquí solo conozco la marcha memorial de joserra, así que me ha gustado bastante.
En Usansolo se nos quedó parte de la tropa en el autobús, y después de comer algo y reponer fuerzas, seguimos 11 espartanos hasta lo que sería ya nuestro destino: Gorliz.
De Usansolo a Larrabetzu fuimos por carretera, aquí empezamos a subir hasta llegar al cinturón de hierro. Hicimos una paradita para estirar un poco alguno, y tirarse otro, mientras unos cuantos subimos a ver el monumento que colocaron los franquistas cuando tomaron el cinturón de hierro y que todavía está ahí.
Tuvimos que hacer otra parada, justo encima de la Bilbaina, ya que Javi pinchó. Parece que a los javis les tocaba pinchar, y ahí los demás estuvimos tirados, divagando sobre lo que nos comeríamos en ese momento, con una buena cerveza con limón, ahhhh, se nos hacía la boca agua.
En la gasolinera de Artebakarra llenamos botellines a cargo de Albert, el barman, y pasamos por la cuidad fantasma encima de Derio (de vergüenza cargarse medio monte, para no hacer nada).
Comenzamos una bajada hasta Laukiz, y aquí no sé si nos leyeron la mente o qué, pero nos estaban esperando en un caserío unas latas de cerveza. Tras la charla, seguimos - ya no quedaba nada y llevábamos bastante retraso. Llegamos a Butrón donde Sergio decidió irse a casa, ya nos hemos reído con él, me ha recordado mucho ese dicho de noches de piripipí, mañanas de poropopó, supongo qué ya lo entenderá "caballo loco".
Y al final, después de pasar por nuestro tramo amigo de "los tubos", llegamos a Gorliz, creo que al final 10 personas.
Salida muy bonita, con un día espectacular, que hizo que disfrutáramos bastante. Para algunos, un verdadero reto, para otros, un pequeño suplicio, para algunos, un entrenamiento más... así somos, todos diferentes, pero unidos por un denominante común: una piña de gente que disfruta andando en bici.
Leones, por supuesto.
Fotos de la salida
Video de la salida(Hecho por Jose Luis Sustatxa)
Bonita crónica y un gran recuerdo para contar a nuestros nietos.
ResponderEliminarJavi (Capi)
Esperemos que sea la primera de unas cuantas más para contar...
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