lunes, 25 de abril de 2016

Badaia Bike Maraton

Impresionante, no tengo otra palabra para describir esta martxa: un sitio increíble para practicar BTT, una organización de 10, y un tiempo genial.
Un montón de mendibikers nos apuntamos a esta primera edición de la BadaiaBike Maratón. Yo todo el recorrido lo hice con Alberto con la intención de disfrutar e intentar sufrir lo menos posible. Y así lo hicimos, capeando las subidas lo mejor que podíamos, disfrutando a tope las bajadas, y parándonos a ver el paisaje cuando nos diera la gana, sin importarnos el tiempo.
Al final unos 64 km con 2150m de desnivel, la prueba es durilla...ya sabíamos a lo que veníamos, se empieza con una subida hasta el alto de Oteros entre aerogeneradores, que a mí se me atragantó, vamos a decir que me pillo de frío. Pero bueno, una vez arriba como quijotes entre tanto gigante de viento, se veía a los bikers por los caminos serpenteantes, hasta que tocó bajar por el portillo de Azkárate, un tanto peligrosillo, la roca estaba resbaladiza y cuando llegamos al camino el barro no mejoró la cosa...pero al final y poco a poco, libramos.
Llegamos al avituallamiento de Zuazo de Kuartango a reponer un poco las fuerzas.
Una de las cosas que más me ha gustado, es que en los avituallamientos estaban  expuestos los perfiles con el kilometraje y desnivel que habías hecho, y lo que te quedaba, además de los oportunos comentarios de los organizadores sobre como iban a ser los siguientes kilómetros, un puntazo.
Subimos Pikatxu, también durilla, para dar con sendas y tramos, todos ellos identificados (Flaquiturri, La Botella, Angual...) una bajada tipo Gorliz de lascas y piedra, vamos brutal, de las que nos gustan, así que Alberto se puso delante a darle candela y así bajamos en un perikete hasta el siguiente avituallamiento en Hueto de Arriba.
Las siguiente subida no fue muy dura llegando casi a la cima de Armikelo, para después bajar por la senda de Geni...bajada espectacular con senderos llenos de raíces y tramos de piedra. ¡Nos lo pasamos genial bajando! Merecía la pena subir para poder disfrutar de esas bajadas.
Y así llegamos al tercer avituallamiento, en el kilómetro 45, y desde aquí otros tres kilómetros de subida hasta Pozo de Loiate. La bajada, cómo no, con su nombre, Senda de Mendoza, un senderillo singletrak brutal, una pena que lo bueno dura poco. Llegamos al Jardín Botánico de Santa Catalina donde estaba el último avituallamiento. Ya estábamos alertados sobre lo dura que era esta parte, pero hasta que no la ves...

Acabamos de subir y ya solo quedaban tramos de senderos, entre arbolados, para salir a una pista en la que una chica estaba animando a la gente con sus pompones, unas risas...y seguimos hasta bajar a Nanclares, para acabar pasando por el puente que daba a meta. Unos pintxos de tortilla para acabar, y sólo cuando ya estábamos saliendo para casa se puso a chispear.

















En resumen, una gozada, bien organizada, y como decía antes, con mucha información, con gente dando indicaciones en todos los cruces, muchos fotógrafos para que no nos falten fotos de recuerdo... y todo por una zona impresionante. ¡Seguro que repetiremos!